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Por: Manuel Díaz Bultrón

Hay muchos intereses involucrados y a veces impiden que la relación entre unos y otros sea armoniosa, pero las autoridades deportivas deciden quién tiene la razón en cada caso.

Cuando hablamos de los deportes colectivos, como el béisbol, el fútbol,  baloncesto, entre otros, hay que tener en cuenta que existen dos roles. Uno, es el rol cotidiano, el de los clubes; y el otro es el de la función de representar al país mediante las selecciones nacionales.

En la mayoría de los deportes esta relación está más que regulada, pero no siempre es una relación fácil entre los clubes y las selecciones porque hay muchos intereses involucrados, este es el caso del fútbol.

Por una parte, los clubes son los que pagan los salarios y los seguros, es decir, que son quienes hacen la inversión fuerte para mantener y entrenar a los futbolistas, mientras que las selecciones nacionales son las que eligen a los jugadores nacionales que estén en mejor momento para que representen al país en competiciones internacionales o en partidos amistosos.

Tres torneos específicos

El problema radica en que ambos roles -clubes y selecciones nacionales- chocan constantemente mediante los llamados fechas FIFA, que son las jornadas en las que los clubes están en la obligación de ceder a los jugadores a las selecciones nacionales, siempre y cuando este sea convocado.

El problema se intensifica cuando se habla de los mundiales de categorías inferiores (sub-17 y sub-20) y los juegos olímpicos. Estos tres torneos se juegan o se pueden jugar durante la temporada de los clubes, lo cual crea el conflicto de intereses. Los mundiales de categorías inferiores se encuentran en el calendario de la FIFA, es decir, son fechas FIFA. Pero los juegos olímpicos no son parte del mismo.

Para los Juegos Olímpicos de Beijin

En los juegos olímpicos solo pueden participar los jugadores menores de 23 años y solamente tres jugadores mayores de dicha edad.

A los 23 años, todos los jugadores juegan en la primera división de sus respectivos países y/o en las principales ligas a nivel mundial, creando una disconformidad  para los clubes que se ven en la situación de ceder a sus jugadores para un torneo que no es oficial de la FIFA y que corresponde al Comité Olímpico Internacional (COI).

Para los Juegos Olímpicos de Beijin se registraron tres casos que básicamente aclararon la laguna legal que existía en esa época.  Los jugadores brasileños Rafinha del Schalke 04, Diego del Werder Bremen y el astro del fútbol argentino Lionel Messi del F.C. Barcelona habían sido llamados para representar a sus respectivas selecciones en Beijin. Obviamente, los clubes europeos se habían negado a ceder a sus jugadores para dicho torneo, pero las intenciones de los jugadores era distinta, pues  los dos brasileños asistieron a la concentración de su selección sin previo aviso ni autorización por parte de sus respectivos equipos, y el astro argentino había manifestado que quería estar con su selección en los juegos olímpicos.

Los clubes acudieron a la FIFA para solucionar dicha disputa entre las federaciones nacionales, los comités olímpicos y sus clubes europeos, que tenían sus derechos federativos.

La FIFA, quien era la primera instancia, falló en contra de los clubes europeos, lo cual provocó que los clubes europeos acudieran al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) en instancia de apelación.

El TAD, en esa ocasión, si favoreció a los clubes. Al final, los clubes cedieron a los jugadores voluntariamente, ya que la resolución no obligaba a los clubes a cederlos y de esa forma los jugadores pudieron competir en los juegos olímpicos.

Mundial Sudáfrica 2010

Muchas veces el problema no se da específicamente por el tema de las fechas FIFA, sino debido al momento y la condición que está pasando el jugador. En noviembre de 2009, el entrenador de la selección de Portugal, Carlos Queiroz quería forzar la recuperación del astro blanco Cristiano Ronaldo para que jugara el repechaje de la clasificación al Mundial Sudáfrica 2010 contra Bosnia y el club madridista quería evitarlo. Al final, el jugador no disputó ese partido en el cual su equipo venció a Bosnia por marcador de 1 a 0, logrando posteriormente la clasificación al mundial de Sudáfrica.

Algunas federaciones establecen sanciones a los jugadores que se nieguen a participar en las convocatorias de las selecciones nacionales. Una de estas es la legislación española, la cual establece sanciones que van de los 3,006 Euros a los 30,051 Euros, más algunas sanciones de inhabilitación para ejercer cargos en la organización deportiva, entre otras.

Todas las partes buscan, con justa razón, defender sus intereses. Los conflictos entre clubes y federaciones existirán siempre, debido a la delgada línea que divide los intereses de cada una de las partes. La palabra del jugador sí es importante, pero al final son las autoridades deportivas las encargadas de decidir quién tiene la razón en cada caso en particular.