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Esta es quizás la pregunta más recurrente entre los fanáticos del deporte pasión de multitudes en Panamá, según nuestra opinión el tema pasa por el profesionalismo.

En Panamá no  hay fútbol profesional, el profesionalismo es sencillamente la diferencia. La estructura del fútbol profesional va más allá de la  mera dependencia económica del futbolista. Es formación, fuerza básica, medicina deportiva, psicología aplicada al deporte, instalaciones propias, socios, y más.

Si no seguimos por ese sendero, simplemente nada cambiará y siempre el cambio es necesario, lógicamente cuando es un cambio positivo. En nuestro país el fútbol tiene 22 años de ser no aficionado y nada más.  De nada vale la promoción y difusión en los medios masivos, si cuando vemos no hay una estructura real, sólo un cascarón mediático.

De nada vale que venga Basile, Menotti o Vanderley si no encontrarán las herramientas adecuadas para realizar un trabajo.  Porque elevar el nivel también tiene que ver con los técnicos que actúan en el fútbol local y en la selección, ese es el aporte que muchos han hecho en otros países. Por ejemplo: hace unos 8 años pasó por Panamá un rumano que no encontró esa estructura de la que hablamos, y se tuvo que ir.  No había la entrega ni el profesionalismo en el jugador: pero Mihai Stoichita dejó entre otras cosas, que en Panamá se jugaran dos torneos APERTURA y CLAUSURA, terminamos jugando 10 meses al año en dos torneos de 5 meses y no sólo 6 meses en un torneo como el formato anterior. Ese es solo un detalle entre mil que dejan técnicos de primer mundo.

Esa es la columna vertebral del éxito DIRIGENTE-TECNICO-JUGADOR, experiencia liderazgo y oportunidad, todo en equipo.  Cuando se alineen esos planetas del fútbol, Panamá puede elevar su nivel y pensar en un mundial. Ya basta de gatear! Para  llegar a nuestro mundial hay que caminar. Pero eso no es todo, acá sólo se piensa en eso «El mundial», o echar el viaje, para pintarnos las caras, empeñar el carro y vivir como un loco por el fútbol durante un mes y después qué? Quedar igual que Cuba que fue a un mundial y 72 años después no pasa nada.  O el caso de Haití y 36 años después tampoco pasa nada. Entonces cuál es la prioridad del fútbol nacional, llegar a un mundial y pasar toda la vida sin volver, o prepararnos para ir y tener nivel para regresar de tiempo en tiempo.

Entonces manos a la obra, y eso quiere decir todos.  Fanáticos  a  apoyar en los estadios a los equipos, empresa privada a patrocinar y pagar lo que vale nuestro fútbol y dirigencia a traer contrataciones de peso, no chicheros de países vecinos, sin historia ni trayectoria.  Esto no es cuestión de acentos, sino de realidades. Después de 22 años de fútbol no aficionado todavía los refuerzos extranjeros no han hecho olvidar a Víctor Hugo Saavedra, Pacho Witingham o a Ovidio Augusto Dos Santos. Pareciera que  los encargados de contratar jugadores  todavía creen que somos departamento de Colombia porque para estos señores,  solo en ese país hay jugadores y técnicos. De que los hay, los hay; pero mucho mejores de los que han traído en los últimos años.

Reiteramos ya gateamos, vamos ahora a caminar y a correr aunque tropecemos, si los grandes tropiezan, pero a correr que si lo hacemos todos y lo hacemos bien, por los menos en Centroamérica no nos alcanzan…eso sí, a correr con NIVEL.