AP254971677891Pasaron 77 años para que un tenista británico pudiera levantar el trofeo de campeón en la cancha central del All England Club

 

Por: Alexis Peralta

Andy Murray, número dos del escalafón mundial de la ATP, se armó de valor, resistencia y sacó de su mente todo tipo de temores para derrotar a Djokovic en tres horas y nueve minutos por marcador de 6-4, 7-5 y 6-4.

Con esta victoria, que fue celebrada por todo lo alto en el Reino Unido, Murray rompió el maleficio que tenían los jugadores británicos de ganar el torneo de Wimbledon.

Fred Perry, en 1936, fue el último británico en conquistar el tercer grand slam de la temporada avalado por la Federación Internacional de Tenis.

Para Andy la oportunidad de ganar Wimbledon se presentó como anillo al dedo, ya que Djokovic venía cansado por un maratónico partido ante el argentino Juan Martín del Potro en las semifinales, que tuvo una duración de casi cinco horas.

Con su rival golpeado por el trajín del torneo, Murray salió decidido en apartar su condición de víctima y convertirse en esa figura que la fanaticada británica esperó por un periodo de 77 años.

El espigado tenista de Escocia no defraudó. Su estilo en la cancha fue firme, decidido y con ese toque de inspiración otorgado para los grandes del tenis mundial.

Durante el partido la presión del público llegó, pero a diferencia de otras ocasiones, Murray retomó el control de las acciones y sacaba puntos importantes que dejaban al serbio en una encrucijada que no podía decifrar.

Al final, el escocés fue el campeón del torneo, algo que estuvo a punto de conseguir el año pasado, cuando cayó en cuatro sets ante Roger Federer.

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Andy Murray de Gran Bretaña reacciona
durante el partido de la semifinal individual
de hombres contra Jerzy Janowicz
de Polonia en Wimbledon.  Julio, 2013.

MÁS QUE UNA VICTORIA
Y más que colocar su nombre en las páginas históricas del tenis británico, el triunfo representa el crecimiento personal de Murray en esta etapa de su carrera, en donde ha tenido que batallar ante figuras como Roger Federer, considerado el mejor tenista de la historia, el español Rafael Nadal, el rey en tierra batida y el propio Djokovic, un verdadero maestro en el deporte blanco.

Aún aturdido con la victoria, Murray caminó por la pista central, saludó a un público frenético y se dirigió donde su madre que siempre lo respalda. Allí también abrazó a su entrenador y empezó a mirar al cielo, en señal de agradecimiento por su gran logro.

MÁGICO GRAND SLAM
Existen en el calendario anual del tenis profesional cuatro torneos denominados Grand Slam. El primero es el Abierto de Australia, luego sigue el Roland Garros, el tercero es Wimbledon y el cuarto el Abierto de los Estados Unidos, o mejor conocido como el US Open.

Sin embargo, el torneo de Wimbledon tiene su toque especial. Es el más antiguo de los cuatro grandes del tenis mundial, tras arrancar sus actividades en 1877. Es, sin lugar a dudas, por su tradición y protocolo el sueño para cualquier tenista.

Se juega sobre césped y tiene una duración aproximada de dos semanas, ya que en muchas ocasiones la lluvia hace sus jugadas y obliga a extender el evento.

La vestimenta de los jugadores es totalmente blanca y el silencio en las graderías es algo peculiar y propio del torneo que se juega en el All England Club. Este año los ganadores individuales fueron Andy Murray, en la rama masculina y Bartoli, en la femenina.