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«La rojita» y un sueño consumado, que logró a base de gallardía y disciplina táctica. Hoy se declara feliz, aunque un tanto ansiosa por saber que le depara el destino.

Por: Isaac Castillero Wilson

 

A falta de casi dos meses para que llegue mi debut en un mundial, no puedo ocultar la emoción que me embarga: ¿Cómo será?, ¿Durará mucho?, ¿Me traicionarán los nervios?, ¿Haré un buen papel?, ¿Estaré preparada?, ¿Se notará que no tengo experiencia?; no hago más que darle vueltas…

 

Entiéndame soy «La rojita», hermano más pequeño de la selección Sub-20 y la «Mayor» de Panamá, quienes han alcanzados objetivos, como la clasificación a tres mundiales y un título de Copa de naciones.

 

Pero recientemente fui el protagonista al darle, por primera vez, a Panamá una clasificación en esta categoría, la que se había estado intentando desde 1985 cuando comencé a participar en las eliminatorias previas a esta cita.

Y un día soñé…

Para que mi país me recibiera en caravana y el Presidente me rindiera homenaje, tuve que prepararme y afrontar varios desafíos. Recuerdo el año pasado cuando me alisté para viajar al triangular eliminatorio de la UNCAF, celebrado del 10 al 14 de noviembre en la ciudad de Antigua, Guatemala, clasificatorio al premundial de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (Concacaf).

 

En mi debut, superé a Honduras 1-0 y de paso saldé una cuenta pendiente, ya que me había vencido en 2008 en esta instancia de local, con una anotación al minuto 90.

 

Dos días después Guatemala me ganó por el mismo resultado, pero como ellos perdieron con Honduras 2 a 0, me dio la clasificación directa junto a los «Catrachos» al premundial, por diferencia de goles.

 

Ya sabía que del 12 al 28 de febrero de este año estaría en Montego Bay, Jamaica, luchando por un cupo al mundial, por lo que mi técnico Jorge Dely Valdés me preparó, incluso me llevó a Colombia a foguearme con clubes de ese país.

 

Me ubicaron en el grupo B. Inicié empatando, sin abrir el marcador, ante Cuba, si no hubiera fallado un penal, no habría creado tanta incertidumbre en aquel entonces. Después medí fuerzas con los Estados Unidos y perdí 1 a 0, me dolió mucho, porque yo había jugado bien. Pese al resultado clasifiqué a los cuartos de final por permitir menos goles que los cubanos.

 

Me desperté soñando

El martes 22 de febrero no había espacio para la suerte divina y me jugué en el Estadio Catherine Hall el pase al mundial ante Costa Rica, que venía de ganar sus dos partidos en el grupo y que además habían clasificado a los últimos cinco campeonatos del mundo (ocho en toda su historia), pero eso no me intimidó, por lo que contrarresté su juego de manera ordenada y cuando menos imaginaron los sorprendí con un gol de Alfredo Stephens en el minuto 76.

 

El torneo continúo, Canadá me derrotó 1 a 0 en semifinales y luego me repuse venciendo a Jamaica por ese mismo marcador, quedando de esa manera en el tercer lugar del certamen, que dejó clasificados al mundial a: Estados Unidos, Canadá, Panamá y Jamaica.

 

La cita mundialista se disputará en México del 18 de junio al 10 de julio y contará con la participación de 24 países, entre esos yo, «La rojita». Aunque, aún no sé a que rivales enfrentaré, soy consciente que debo seguir preparándome, sobre todo en la línea ofensiva, donde me falta más eficacia de cara al gol. Pero por ahora disfruto de este gran capítulo que escribí con letras de oro en el libro futbolístico istmeño.

 

Dato: El cuerpo técnico esta conformado por Jorge Dely Valdés (director), Donaldo González (entrenador de porteros) y Julio César Toral (preparador físico).

Fichas Panameñas

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