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Las actividades que implican competitividad, emoción y deseo de victoria, siempre van acompañadas de grandes descargas de adrenalina. Sin embargo, estas descargas se producen y manifiestan de manera diferente dependiendo del tipo de actividad que se realiza.

Por: Rubén Darío Villegas

¿Qué es la adrenalina?

Es una hormona secretada por las glándulas adrenales y prepara al organismo para la lucha o defensa ante una situación de peligro. Esto lo logra creando efectos corporales o fisiológicos como el aumento de la tensión arterial y ritmo cardiaco, aumento de las respiraciones por minuto e incluso la dilatación de las pupilas para una mejor visión. También estimula al cerebro para que produzca dopamina, la hormona que produce la sensación de felicidad o bienestar, así como efectos adrenérgicos[i],  que pueden ser excitadores o inhibidores según el caso, por lo que puede crear adicción.

Los seres humanos son una especie en constante movimiento, y por naturaleza buscan mantener un nivel de estimulación, que varía según el individuo.  En algunos casos, el nivel de actividad o estimulación es bastante alto y pueden aburrirse con facilidad; estas personas buscarán situaciones desafiantes donde incluso, pongan en riesgo sus vidas.

Así vemos que la adrenalina está ligada a emociones extremas de gente que busca sensaciones intensas de placer practicando deportes extremos de amplia proyección como el paracaidismo, rapel, escalada, alpinismo, acrobacias en moto, bicicletas y patines, salto bungee, skating, y surf entre otros, y otras actividades más extremas como: buceo con tiburones o emular a Johnny Knoxville con su staff del programa Jackass.

En estas actividades se busca conscientemente, una situación de peligro.  Se convierte en un desafío el superar la crisis de los momentos de mayor tensión, inclusive hasta tener la capacidad de aguantar dolor que se convierte en una experiencia de valor agregado, sentirse superior, poderoso, valiente y capaz de superar cualquier obstáculo. Se piensa en desafiar los límites humanos ante situaciones de incertidumbre; se explora el lado más salvaje, aventurero y desmedido del ser.

Exponerse constantemente a experiencias estimulantes como estas, puede desembocar en adicción, en la forma de vida de estos.  Sin estas, estarían impedidos para elevar sus niveles de adrenalina, la cual por sí sola no provoca adicción, sólo colabora en la liberación de dopamina que es la que produce estados de exaltación y placer muy potentes.

No obstante, la búsqueda de actividades que disparen los niveles de adrenalina es relativa. Para algunos, participar en los X Games, es congruente con que estar en la línea de partida del Iron Man, o del Maratón de New York.

¿Cómo se manifiesta la adrenalina en este tipo de deportes de resistencia?

Mientras que en deportes extremos de alto riesgo se busca la liberación espontánea de adrenalina, en los de resistencia es vital mantener el control en todo momento para dosificarla estratégicamente y aprovecharla mejor.

Con el disparo de partida, la aglomeración de competidores, mejorar las marcas de tiempo, la expectativa del  resultado y saber si el entrenamiento invertido valió la pena, se libera algo de adrenalina.

Este primer torrente debe ser administrado para no quedarse muy pronto, sin gasolina. Se experimentan momentos de mucha energía y placer, los atletas se sienten cómodos y seguros de poder cumplir con su meta. El ritmo cardiaco se va acelerando y la sangre recibe más oxígeno.

A medida que avanza la carrera, el chequeo constante de los tiempos puede estar acompañado de euforia al saber que se está cumpliendo o de tensión al descubrir lo contrario.

Al acercarse a la línea de meta se producen estados de ansiedad, la emoción por cruzar es suficiente para la mayoría de los competidores. Allí se liberan las mayores dosis de adrenalina, aumentando la producción de dopamina, y dando la sensación de satisfacción; al final de la carrera ocurre también la liberación fisiológica. Es allí cuando los competidores sufren el rigor del esfuerzo físico como calambres y piernas desmayadas, que la adrenalina había inhibido, pero satisfechos por su logro.

La influencia de la adrenalina es poderosa, pues a pesar de tener los mismos efectos fisiológicos, se puede manifestar subjetivamente dependiendo de la intensidad de emoción que prefiera el atleta: momentánea y de alto impacto o prolongada y sostenida.  Dependerá del individuo y de su personalidad tener la inteligencia para obtener el máximo provecho de este sistema de activación de energía.


[i] Perteneciente o relativo a la transmisión nerviosa que utiliza como neurotransmisor la adrenalina.