dreamstime_m_24427867¿Qué son?, ¿Qué hacer?

 

Los calambres son contracciones musculares involuntaria, dolorosas, que puede ocurrir durante o después del ejercicio, y también en la noche, mientras dormimos o aún despiertos y estando en reposo. Son más comunes en los músculos de las pantorrillas, pero también pueden sentirse en los muslos o en los pies. Son muy dolorosos y hacen que los músculos se sientan muy rígidos y contraídos; pueden durar desde segundos hasta minutos. Afectan con similar frecuencia a hombres y mujeres, parecen ser más comunes en adultos de más de 50 años, aunque también pueden afectar a adultos jóvenes, adolescentes y hasta niños.

Las causas no se conocen con certeza, hay muchos factores que pueden estar involucrados.

Entre los más comunes están:

  • •Malas posiciones por periodos prolongados
  • Músculos cansados o sobrecargados por esfuerzo físico
  • Varios medicamentos se han visto relacionados (diuréticos, estatinas)
  • Personas que padecen de algunas condiciones médicas como: Enfermedad de Parkinson, abuso de alcohol, diabetes, hipotiroidismo y algunos desórdenes musculares primarios
  • Los desequilibrios de los electrolitos (baja de sodio, potasio al igual que alteraciones del calcio y el magnesio en el cuerpo) y la deshidratación, se han creído asociadas a los calambres.
  • Frecuentes durante el embarazo

A pesar de que estas condiciones se han visto relacionadas a una mayor incidencia de calambres nocturnos, la causa no se sabe y no podemos explicar el por qué personas con condiciones y enfermedades similares no tienen calambre de igual manera. Se dice que la causa podría ser multifactorial y que estos factores actúan de forma diferente en diferentes personas.

El calambre empieza generalmente como una fasciculación (contracción de algunas fibras del músculo) localizada y luego se difunde a través de todo el músculo. Hay evidencias que sugieren una actividad anómala de los nervios dentro del mismo músculo, similar a la que se ha comprobado en ciertas circunstancias clínicas asociadas con deshidratación y desequilibrio de los electrolitos como: diarreas, vómitos, pacientes en diálisis y otras.

¿Qué debo hacer si tengo estos calambres?
Si usted padece de estos calambres con frecuencia, tal vez su médico le recomiende exámenes de laboratorio para evaluar su estado de hidratación y sus niveles de electrolitos; pero en la mayoría de los casos no es necesario hacer pruebas sofisticadas, principalmente porque no encontraremos alteraciones muy marcadas. Si tiene calambres muy frecuentes hay algunas cosas que se han ensayado y parecen ayudar a los que padecen esta condición:

  • Hidrátese correctamente incluyendo la ingesta de agua (líquidos) y electrolitos (observe frecuentemente la coloración de su orina para evaluar su estado de hidratación)
  • Realice ejercicios de estiramiento con frecuencia, y, si puede, estiramientos suaves de los músculos de las piernas antes de ir a dormir
  • Evite que la sábana con que se arropa esté muy apretada de manera que provoque que sus pies estén en posiciones forzadas

Si tiene un calambre haga un estiramiento suave pero firme y sostenido del músculo involucrado (músculo acalambrado); esta maniobra generalmente logra “romper” el calambre. Se recomienda caminar suavemente, mover los dedos del pie afectado y también un masaje de presión progresiva sobre el músculo contraído. Todo esto puede, en la mayoría de los casos, terminar con el doloroso calambre.

Hay medicamentos que se han utilizado con personas que sufren de “calambres frecuentes”; anteriormente se usaba con buenos resultados una medicina llamada quinina, pero como tiene efectos colaterales importantes, se ha dejado de usar. En ocasiones se usan otros medicamentos como: la difenhidramina y los del grupo conocido como bloqueadores de los canales de calcio, pero solo en casos en que los calambres sean muy frecuentes y molestos, y no se hayan podido controlar con hidratación y estiramiento. En ciertas circunstancias su médico recomendará relajantes musculares, los cuales también podrían ayudarle a dormir. Igualmente, se ha recomendado suplementos de vitaminas B, E, y magnesio, aunque su utilidad real está poco sustentada.

En general, los calambres musculares son una condición benigna pero dolorosa. El tratamiento para reducir su frecuencia consiste en: el estiramiento suave del músculo involucrado, ingesta de líquidos y electrolitos; además de mantenerse en un buen estado físico.


Centro de Rehabilitación por ejercicios MEDIC GYM
Dr. Enrique José Mayo De Bello
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