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Este artículo no pretende justificar los escándalos sobre adicción al sexo que han envuelto la vida del famoso golfista estadounidense Tiger Woods. Más bien, pretende poner al descubierto una patología clínica que existe, es real y siempre la hemos visto como un mito o invento social. De hecho muchos hemos hecho mofa, alguna vez, de que alguien sufre de una adicción al sexo.

Por: Yaribeth Vásquez

Cuando empecé a investigar sobre el tema estaba convencida de que el tema de la adicción sexual lo había inventado Tiger Woods para justificar sus múltiples infidelidades pero se sorprenderán al saber que esta condición es una patología psicofísica que requiere de tratamiento médico y psicológico. Incluso,  existen innumerables asociaciones y grupos a nivel mundial que tratan -como si fuera una asociación de alcohólicos anónimos – este  tipo de comportamiento compulsivo e incontrolable.

Una de estas organizaciones que atiende a nivel mundial estos casos, es la Asociación Anónima de Adictos al Sexo (SAA, por sus siglas en inglés). Esta confraternidad de hombres y mujeres que, puede ser ubicada a través de la página  web: http://saa-recovery.org/espanol/, tiene como meta lograr que sus miembros recuperen la buena salud sexual.  De acuerdo con Johan Alberto Álvarez, miembro de SAA, cualquier latinoamericano que padezca este problema puede ponerse en contacto con ellos por medio del correo: espanol@saa-recovery.org.

Álvarez, quien sabe bien lo que es ser preso del deseo sexual, asegura que no cualquier persona activa sexualmente puede clasificarse con esta adicción. Uno de las señales más claras es cuando el individuo no puede controlar su deseo sexual hasta el punto de dedicar el mayor tiempo posible a la búsqueda por complacer sus comportamientos y fantasías sexuales.

Lo más delicado del proceso es que el adicto sexual cree que su impulso por mantener relaciones con algunas personas es por querer satisfacer sus deseos. Pero la realidad es que nunca terminará por satisfacerse porque su impulso nace de la estimulación que siente su organismo a raíz de los químicos que se liberan durante el coito.

«Puede estar con varias mujeres u hombres diferentes por días pero nunca va a sentir una satisfacción real porque por alguna razón, el cerebro y el cuerpo, se hacen adictos a los estímulos sexuales. Así que no paras, sólo sigues buscando sexo y sexo hasta lograr una satisfacción inexistente».

Sin embargo, lo más crítico según Álvarez es que esta adicción, como cualquier otra, hace que la persona pierda el control de su vida, todo se resume en dicho deseo y se dificulta cada vez más la tarea de ejecutar sus actividades y compromisos cotidianos con normalidad.
Consultada sobre el tema a la psiquiatra Ángela Tuñón, nos confirmó que estos individuos – por diferentes razones psicológicas, biológicas o espirituales – se les hacen imposibles controlar los estímulos que produce el sexo como cualquier otra persona.
Estos estímulos se generan desde el momento que el cuerpo empieza a liberar hormonas sexuales que aumentan el deseo sexual. Entre ellos, los estrógenos y progesterona en la mujer y testosterona en el hombre; la  adrenalina que aumenta la frecuencia cardiaca y estimula la circulación y la feromonas que es la hormona del placer.

Cuando la excitación va creciendo, entra el juego la endorfina, hormona que crea una sensación de placer y un estado de euforia hasta alcanzar el nivel máximo en el orgasmo. En este momento de máximo auge las células nerviosas del cerebro descargan su contenido eléctrico provocando, culminado el proceso, una especie de  relajamiento físico y mental.
«Si no puedes ligar con una mujer buscas masturbarte de todas las formas, presionas a tu pareja para tener relaciones a toda hora, incluso, incursionas en prácticas criticadas por la sociedad como la zoofilia (sexo con el perro de la casa u otros animales)», sustentó.
Esta adicción se trata de un comportamiento que puede funcionar para producir placer, aliviar sentimientos dolorosos y responder a dos patrones: se caracteriza por una recurrente falla en el control del comportamiento y tiene continuidad a pesar de las consecuencias destructivas que pueda tener para la persona.

En otras palabras, la persona adicta al sexo no puede controlar su comportamiento, que se repite aun cuando eso impacte negativamente en su vida familiar, social o laboral. Basta pensar en Tiger Woods: la prensa ya ha contabilizado, por lo menos, una veintena de relaciones extramatrimoniales, cuya salida a la luz ha dado lugar a que Accenture, Tag Heuer y Gillette hayan decidido levantar las campañas publicitarias protagonizadas por el mejor golfista del mundo.

Un problema con raíces profundas
Álvarez aduce que, de sus experiencias, estas inestabilidades a veces están ligadas a traumas de abuso infantil, rechazo social durante alguna etapa de la vida o algún tipo de problema relacionado con la autoestima (inseguridad por su apariencia, sexualidad, etc.)
Por otra parte, la adicción sexual puede tornarse peligrosa ya que desde el uso de la pornografía y la masturbación hasta repetidas relaciones sexuales, puede pasar a la contratación repetitiva de servicios ofrecidos por prostitutas y expertos en voyerismo. En casos extremos, incluso, la adicción sexual puede involucrar asedio o violación.
Lo que sí es común en todas estas formas es que el comportamiento se lleva a cabo en secreto y el adicto se vuelve hábil en esconder esta vida secreta de aquellos que son más cercanos a él.
En definitiva la capacidad de manejar su propia vida puede evidenciarse en las consecuencias que sufren los adictos: relaciones perdidas, dificultades en el trabajo, arrestos/detenciones, problemas económicos, pérdida de interés en asuntos no sexuales, falta de amor propio y un sentimiento de desesperación.
Jose Luis Ordóñez, miembro de la Asociación de Adictos al Sexo y al Amor Anónimos (A.S.A.A., por sus siglas en inglés), apunta que son 12 los pasos de la rehabilitación pero las más difíciles son tres.
Aceptar que se está padeciendo un problema, hacer una lista de todas aquellas personas a quienes se les ha ofendido y hecho daño con la adicción y estar dispuesto a pedir  perdón por la falta que causaron a estas personas.

TABLITA

Otras asociaciones de rehabilitación:
*
Co-dependientes de la Adicción Sexual (COSA)
* Sexólicos Anónimos
* Compulsivos Sexuales Anónimos  (SCA).
* Recobramiento Sexual Anónimo (SRA)
* El doctor y especialista en Medicina de la Adicción Saúl Alvarado tiene una página con el test que mide el nivel de adicción sexual de las personas: http://www.adicciones.org/diagnostico/formularios/dx-sexo.html