Uno de los temas en los que existe menos consenso entre los runners es sobre la hora ideal para practicar nuestras rutinas. Si en otros aspectos del atletismo se han realizado estudios más o menos científicos con resultados comúnmente aceptables, en este campo prima la disponibilidad del tiempo de cada atleta y las preferencias personales por encima de todo.

La temperatura y el clima
No se puede obviar que en la decisión del corredor va a tener importancia determinante el clima y temperatura que deba afrontar, dependiendo de la época del año y el país donde resida. Por este motivo, la práctica del running en Panamá en cuanto a los horarios se diferencia de gran parte del resto del mundo por sus condiciones particulares estacionales (3 meses de verano y 9 de invierno), en los que la temperatura no sufre grandes cambios de un mes a otro, pero sí el nivel de lluvias.

Lo anterior no solo influye para los entrenamientos, sino de igual modo para el horario de las competencias. Así, la tradición en nuestro país es iniciar las carreras a las 7:00 am, incluso 6:00 am o antes, en el caso de distancias más largas como maratón y 21km. Eso permite aprovechar el amanecer y las primeras horas, mientras la temperatura todavía no es tan elevada.

Estos horarios para corredores de otras latitudes de Europa o América del Norte causan inicial sorpresa, pero cuando vienen a competir al Istmo, se dan cuenta de su plena justificación. En Panamá, no hay mucha tradición de eventos vespertinos-nocturnos, circunscribiéndose las experiencias previas principalmente la de San Silvestre, que se celebraba hace varias décadas el 31 de diciembre con partida en Río Abajo y llegada en la Plaza 5 de mayo.

En la temporada pasada y la presente se han vuelto a incorporar a los calendarios algunas pruebas en este horario de tarde-noche, con aparente buena aceptación por parte de los runners locales como alternativa a no madrugar obligatoriamente.

De la cama a la ruta
Las horas tempranas de madrugada (5:00 a.m. a 7:00 a.m.) son las preferidas mayormente por los runners panameños para el inicio de sus rutinas. Ello permite entrenar cuando el sol está oculto o comenzando a despuntar, con una temperatura obviamente inferior a cuando el mismo ya se coloca en nuestro horizonte. Si bien, hay que tener fuerza de voluntad para levantarnos a esas horas tempranas, venciendo la tentación de una «acogedora y caliente cama», la opinión mayoritaria de los runners locales es que en las mañanas se sienten más descansados, con más fuerzas y que el ejercicio temprano les ayuda a acelerar el metabolismo de su cuerpo para arrancar lo que suele ser posteriormente una larga jornada laboral. Por experiencia propia, el cumplir con la rutina de ejercicio programada en horas del amanecer, provoca una sensación similar a la del estudiante que «ya ha hecho sus deberes» y uno se deja de preocupar el resto del día de si su jornada de trabajo se alargará, de si aparecerá la típica tormenta vespertina o de si otros eventos le harán alterar o tener que suspender su entrenamiento.

Cierto es que tras estar durante 6 u 8 horas en la cama, el cuerpo está en un estado de relajación y reposo, por lo que si se pretende realizar un ejercicio muy intenso, habrá que realizar el correspondiente calentamiento previo tanto para el sistema muscular como cardiovascular. Pero para realizar carreras o trotes aeróbicos, realmente no se necesita levantarse con tanta anticipación. Incluso, aunque se suele recomendar desayunar antes del ejercicio, muchos runners salen casi en ayunas para rodajes no tan largos por cuanto sus cuerpos no asimilan bien la ingesta de nutrientes a esas horas inmediatamente antes de ponerse activos.

A la salida del trabajo
Los runners que entrenan mayormente en horas de la tarde – noche, lo hacen en gran proporción debido a la imposibilidad material de realizarlo a otras horas más tempranas. Cuestiones familiares, laborales o afines dejan como única «ventana horaria» disponible para la rutina de ejercicios, las horas de la tarde y el ocaso posterior. De nuevo, vemos que la temperatura también tiene una importancia clave y es motivo de que muy pocos runners -aun teniendo tiempo disponible- corran entre la 1:00 p.m. y las 5.00 p.m., salvo que esa sea su única opción.

Algunos runners dicen que en las horas de la tarde su cuerpo se siente más activo y parece tener mejor predisposición para realizar rutinas más intensas. Pero en cambio, otros corredores dicen que a esas postreras horas del día ya su organismo está cansado para realizar más allá de trotes aeróbicos de fondo.

Doble sesión
Algunos atletas con más experiencia y sobre todo triatletas, practican en Panamá rutinas de doble sesión de entrenamiento en jornadas de mañana y tarde. Tampoco en esta ocasión la opinión es pacífica en cuanto al modo de programar esas rutinas. Sí hay coincidencia en que si nuestro entrenamiento incluye dos sesiones de ejercicio al día, los mismos deben de ser de diferentes modalidades (natación-carrera, carrera-gimnasio, natación-ciclismo) y sus múltiples combinaciones. Y si se trata de un atleta que practica un solo deporte, las sesiones deben tener objetivos diferentes. Así, por ejemplo, para un corredor de maratón que entrene doble sesión, una de ellas debería ser de rodaje aeróbico o similar y la otra, de trabajo de calidad (series, intervalos, cuestas, etc). He consultado este tema a atletas de maratón tanto de Panamá como de Europa y la gran mayoría prefiere trabajar en las mañanas la calidad y en las tardes los rodajes, pues les permite tener las horas de la noche para una mayor recuperación de cara a los esfuerzos intensos de series e intervalos.

En definitiva, aunque todos los runners comparten una misma pasión por ponerse las zapatillas, cada uno es diferente y las preferencias en cuanto a los horarios de entrenamiento varían por cuestiones meramente personales.

Creo que cada runner debe organizarse conforme a su rutina de vida diaria y dentro de la misma, encontrar ese momento del día para integrar su rutina de ejercicio, buscando siempre que sea de modo armónico con el resto de sus actividades y que le produzca en todo caso, plena satisfacción.