Por: Yaribeth Vásquez

En esta edición, quiero colocar sobre el tapete un tema complejo y controversial: Los Amantes. Nadie quiere ser engañado por su pareja y; por otro lado, el sólo pensar que puedes ser infiel desata toda una suma de sentimientos (buenos y malos) que al final pueden detener el impulso o entregarte al acto de ser infiel.

No me mal entiendan mis queridos lectores, con este artículo no quiero incentivar la infidelidad, pero sí quisiera hablar del tema visto desde la vida misma. Por ejemplo, estoy segura que ninguno o ninguna camina teniendo entre ceja y ceja engañar a su pareja. Digamos que esas cosas sólo pasan, desde un cruce de mirada, un roce “disque” accidental, una palabra con un dejo de seducción; en fin…

No deseo hablar de las causas porque son muchas y de eso siempre están plagados los artículos relacionados con los Amantes. Esta vez, quisiera hablar un poco de lo que viven los amantes y sus parejas oficiales; así como algunos de los desenlaces de estas historias que, créanme, son infinitos.

Entremos en materia. Cuando una persona inicia una aventura, los giros que puede tomar su vida personal con su pareja, son innumerables. He visto de todo, y por qué no decirlo, lo he vivido también.

Por lo general, la persona que tiene un amante se le caracteriza porque empieza a tener una posición de desatención con su pareja u hogar. Sin embargo, esto no siempre es cierto, ya que si se escudriña a fondo, actividades como el sexo regular, las atenciones entre pareja y demás temas que hablan de una relación saludable, casi no se daban. Entonces, con el Amante no llegan esas cosas, sólo se acentúan.

Por otro lado, he visto casos en donde la persona que está cometiendo la infidelidad empieza a sentir en su interior mayor confianza en sí mismo, verse sensual, apetecible y viril. Y este impulso sexual no sólo lo concentra con el Amante, sino con la pareja del hogar. Sí, aunque en estos momentos quiera fusilarme… he visto casos en donde la relación con la pareja oficial mejora porque la persona empieza a sentirse viva.

Y es aquí cuando me pregunto, ¿realmente hace falta un Amante en el escenario o simplemente que la pareja vele por mantener viva esa complicidad y ganas de amar? ¿Si la persona está satisfecha con el Amante, por qué busca a la pareja de la casa?

También puedo mencionar casos en donde la persona, por ningún motivo, piensa en dejar a su pareja y la pregunta del millón ¿Para qué invierte tiempo en una Amante, o peor aún, para qué quiere estar con alguien que engaña? Y las respuestas, al buscarlas, han sido las más sencillas que se puedan imaginar: Respuesta a la pregunta 1: Me hace sentir especial, la paso bien, siempre quiere estar conmigo, me hace sentir joven, etc. y; respuesta a la pregunta 2: No veo mi vida sin mi pareja, es la persona que amo, cuida en todo momento de nosotros, etc.

Entonces señores, no todos los casos de amantes son el típico escenario en donde la persona empieza una relación clandestina y termina cegándose tanto que quiere dejar a su familia por “el nuevo amor”, o en definitiva, se divorcia.

Hay casos en donde sólo pasan esas situaciones, la persona se siente de alguna manera bien porque llena un hueco que cree tener; pero en su cabeza, no piensa dejar a su pareja porque el sentimiento o unión que tiene dentro del hogar es más fuerte. Si no me creen, pues les diré, conozco una mujer muy linda, que entregó su vida como Amante a un hombre por 15 años. En ese tiempo, no tuvo más hombre que él; y por el qué dirían en su familia, jamás se atrevió a embarazarse en ese tiempo porque para la gente, ella estaba soltera.

Cuanto intentó presionarlo para que dejara a su familia y formaran una, él se alejó porque su familia era sagrada y lo más importante para él. Esa presión fue el antídoto para esa infidelidad. No tengo que juzgar a ninguno de los dos, cada quien tendrán sus razones y sus motivos para hacer las cosas, mi punto en este artículo, es sólo poner las caras variadas que hay detrás de una sola palabra.

Vamos al otro extremo. Tengo una buena amiga que descubrió que su pareja le era infiel. Fue muy fuerte porque leyó un correo de su pareja donde él le decía -a la que aparentemente fue su Amante- que la amaba y quería que volvieran… no podía vivir sin ella.  Mi amiga contactó a la ex Amante de su esposo, hablaron y para su sorpresa pudo percibir que fue algo profundo. 

Tuvo un infierno con su Esposo entre peleas y cuestionamientos pero también salieron a relucir las grandes faltas de ella como esposa, madre y administradora de hogar. Jamás le dije que dejara a su esposo porque esa es una decisión personal.

Por otro lado, nunca pude sacarle un “sí en firme” cuando le preguntaba si estaba dispuesta a empezar una nueva vida sin él. Hoy día, de vez en cuando salen fantasmas porque es normal, pero ella decidió recuperar su vida, su relación y demostrarle a él que la mejor Amante… la tiene en la casa. Imagínense, ahora hasta trucos me regala de sus hazañas en la cama.  Y él, volvió a ser un novio para mi amiga.

En resumen. Los Amantes aparecen porque algo no está bien. Cuando pasa, no se puede negar que ayuda a revivir de alguna manera a la persona que está cometiendo la infidelidad pero no creo que esté ligado –siempre- al hecho de que no se ame ya a la pareja oficial.  Y por último, al descubrirlo, no hay que escuchar las mil voces que querrán decir lo que queremos, hay que evaluar uno mismo si la relación realmente está deteriorada o no; y en base a eso, tomar una decisión.