sh_1005179_17138894sexo1

Es increíble pensar que existan personas, sexualmente activas, que desconozcan cuáles son sus zonas erógenas. Aquellas partes o rinconcitos del cuerpo que reaccionan a cualquier tipo de estimulación provocada por el tacto, la respiración, o incluso, los muy utilizados susurros por voz.

 

Por: Yaribeth Vásquez 

Según los especialistas, estos grupos jamás llegan a disfrutar totalmente del sexo porque no explotan sus puntos sensibles que, por lo general, no están ubicados en los campos comunes conocidos por todos: senos, clítoris, pene, cuello, etc.

 

Por otro lado, hay quienes dicen conocer sus puntos sensibles; pero la verdad, es que no se han dado a la tarea de explorar, en su totalidad, el cuerpo de su pareja o el suyo propio. Esto hace que sus zonas de excitación se limiten a los campos comunes antes mencionados.

 

Ahora, no se confundan. Esta nota no les revelará cuáles son sus puntos más sensibles,  lo que si les puedo prometer, es que contará con toda una paleta de opciones para experimentar y descubrir cuáles son las zonas erógenas de su pareja, y por qué no, las suyas propias.  Les prometo que las experiencias que vivirán serán divertidas, saludables para su vida sexual y activarán las chispas de la pasión entre usted y su pareja.

 

Explorando el mana sexual

 

Empecemos con aquellas partes del cuerpo que son olvidadas durante los juegos sexuales, pero ojo, son en extremo sensitivas porque contienen terminaciones nerviosas que generan todo tipo de emociones y sensaciones.

 

El cóccix es la parte final de la columna vertebral y está ubicada entre la parte baja de la espalda y los glúteos.  A simple vista, la sola palabra, a nadie le provocaría excitación pero, ésta es una de las zonas erógenas por excelencia ya que provoca relajación, entrega y estimulación corporal. De hecho, la ciencia de la acupuntura tiende a trabajar esta área cuando quiere estimular el deseo sexual en individuos que tienen problemas con la libido y el clímax.

 

Una buena dosis de besos, caricias y lamidas en el sector del cóccix puede ayudar a suavizar y relajar a la mujer más introvertida o al hombre más machista, lo cual, permitirá abrir el paréntesis para pasar a la segunda etapa: el beso anal, un punto extremadamente susceptible al calor del aliento y a las lenguas húmedas.

 

Los hombres, principalmente, temen sentir placer en esta área porque sienten que su sexualidad se verá amenazada, cuando en realidad, todos los seres humanos son altamente susceptibles al tacto en esta área el cual puede provocar sensación de bienestar y satisfacción.  Una vez se desinhiban, tanto hombres como mujeres, la experiencia resulta ser en extremo placentera y adictiva.

 

A propósito, en todo este proceso no se olviden de darle un par de pequeñas mordidas, suaves, tipo caricias, a las tabas de los glúteos ya que siempre resultan ser una práctica agradable para ambos.

 

La parte interior de los muslos, también resulta seductora. Los mordiscos y las suaves y temerosas caricias en esta área provocan sensaciones tan intensas que se trasladan al sexo tanto del hombre como de la mujer. Después de esta sesión, muchas mujeres tienden de manera automática a ponerse en posición de entregarse, sin poner objeción.

 

Los oídos son un órgano muy olvidado que no debe ser subestimado por hombres o mujeres. Los lóbulos, sobretodo, son reactivos a los susurros y las lamidas combinadas con palabras eróticas. Estas tres acciones pueden lograr poner a una mujer en punto de orgasmo, y a los hombres, hacerlos estallar con la mera sensación.

 

El cabello y sobre todo el cuero cabelludo es un excelente pre-estimulador sexual. Mientras ve televisión, aproveche que su pareja está sobre sus piernas para masajearle el cuero cabelludo, con la yema de  los dedos, hasta llevarlo a la punta del cabello. Incluso, este tipo de caricias pueden conducir a los masajes de espalda que logran ser un complemento esencial para preparar a la pareja y mandarle un mensaje subliminal de nuestras intenciones.

 

El escroto, conocido por ser el saco que contiene los testículos, es muy susceptible y permite una manera diferente y cómplice de disfrutar del sexo. Aquí, las caricias tienen que ser con la boca, muy suaves y eróticas.  Incluso vale la pena considerar el hacer contacto visual con nuestra pareja – mientras se hace – para aumentar el grado de placer. El contacto visual también permite monitorear el grado de satisfacción que generamos con el acto.

 

El perineo, ubicado entre el escroto y el ano, es un manjar sexual desconocido por un alto porcentaje de mujeres, incluso los hombres, desconocen que pueden llegar al clímax con solo sentir caricias generadas con la lengua. También se pueden utilizar aceites para estimular esta área antes de pasar por primera vez, la punta de la lengua.

 

Los hombres gustan que les laman y acaricien los dedos de las manos, pues, de alguna manera trasladas la sensación a su pene. Mientras las mujeres, más osadas, adoran que hagan lo mismo con los dedos de sus pies ya que sienten una especie de dominio y poder sobre el hombre que les resulta extremadamente placentero y excitante.

 

Los pezones y los senos en sí, son como las personas, todos son diferentes. Por lo tanto, tienen miles maneras de estimularse. Esto es importante porque a la mujer que le gusta que se los froten, no le gusta que se los succionen, y la que le gusta que le den mordiscos, no necesariamente le gusta que le acaricien con la lengua, el  pezón.

 

Es muy importante interactuar con la pareja para que sea ella la que indique las formas en que les gusta ser tocadas y estimuladas. De la misma manera ocurre con el clítoris, la vulva y la cavidad vaginal. Hay que sondear primero para descubrir cuál es la manera correcta, ya que lo peor que se puede hacer es cargar el mismo manual para todas las mujeres. No se permita fracasar por un asunto como este.

 

Ah, los labios también son para jugar así que no tema inventarse sus formas de besar.

 

En el sexo oral practicado por mujeres, no sólo se limite a masturbar de manera tradicional el pene,  juegue con él, estimúlelo y al mismo tiempo conózcalo. Acaricie el orificio que se encuentra en la punta del pene, hágale masajes circulares al aro ubicado en la parte baja del miembro, los dos disfrutarán más del sexo oral.

 

No se crea omnipotente del sexo, utilice accesorios que les ayuden a reinventarse como pareja. La nariz es muy susceptible y tiene la ventaja de que manda señales de satisfacción directamente al cerebro. Así que no tema en utilizar aceites aromáticos, cremas, chocolates y cualquier manjar que estimule este órgano a un 100%. 

 

El cuello es un estimulador por excelencia así que no deje pasar la oportunidad para hacerle uno que otro cariñito; sin exagerar, no queremos que todo se vuelva un cuadro de carcajada incontrolable.

 

El contacto  visual, durante el sexo, crea fuertes lazos.  Por eso, mire fijamente a su pareja mientras hacen el amor, conéctense y disfruten lo que verán.

 

Si hay otros puntos, le tocará a usted descubrirlos en un proceso que no se da de la noche a la mañana. Tiene que tomar tiempo para familiarizarse con el cuerpo e iniciar la práctica de ensayo y error.  Llévelo como un juego, nada serio, y verá que se reirá cuando los ensayos fracasen y disfrutará en extremo, cuando descubra un punto de su cuerpo que lo vuelve loco al ser invadido por su pareja.