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Un defecto dermatológico estéticamente desagradable y difícil de erradicar pero prevenible.

Categóricamente, celulitis es la acumulación de tejido adiposo en regiones localizadas del cuerpo.  Visiblemente son nódulos adiposos de grasa, agua y toxinas.  Sin embargo, en medicina literalmente es la inflamación de las células, de los tejidos conectivos celulares subcutáneos. La afección es causada por una infección bacteriana, por bacterias exógenas o endógenas (de la flora cutánea normal).

Valor: A la celulitis también se le conoce con los nombres de: lipodistrofia, piel de naranja (hay que apretar la piel para verla) o piel de «colchón» (se observa a simple vista, fase cicatrizal de la celulitis).

Afecta a personas de todas las edades sin importar el sexo, siendo las mujeres las más susceptibles debido a las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) y por la distribución grasa en  áreas como: rodillas, piernas, tobillos, interior de los brazos, cintura, cadera, nalgas, cuello y nuca.  En contados casos ocurre de forma generalizada, a excepción de pacientes con obesidad. Estudios recientes han demostrado también, que el factor genético predispone su padecimiento.

Cómo se produce?

Estructuralmente ocurren defectos en la capa profunda de grasa (debajo de la dermis) como resultado de una alteración en la circulación, luego el tejido graso crece y las paredes laterales de grasa acumulada se engrosan (esclerosándose). Estas paredes producen un efecto retráctil formando hoyuelos, razón por la cual clínicamente se observa la piel deprimida tipo cáscara de naranja.

Recomendaciones para evitarla

  • Lleve una nutrición adecuada
  • Haga ejercicio físico
  • Introduzca terapia con masajes y/o drenaje linfático
  • Haga baños de agua fría para producir vasoconstricción
  • Utilice productos recomendados por dermatólogos
  • No use ropa muy ajustada, ni fajas elásticas (dificulta la circulación)
  • Evite cruzar las piernas al estar sentados
  • Vaya al baño todos los días, para evacuar los residuos y eliminar toxinas.
  • Tome como mínimo 10 vasos de agua al día.

Una vez establecido el problema se podría optar por otro tipo de tratamientos como: liposucciones (realizadas por cirujanos plásticos), mesoterapia, endermología, masajes (aumentan la circulación en el área trabajada produciendo mejor irrigación sin retracción nodular) o el uso de productos tópicos sobre el área afectada.

Sin embargo, vale la pena destacar que ninguno de estos es 100% eficaz en el problema.  Es imperativo cambiar el estilo de vida para evitar un nuevo depósito de graso, o será un padecimiento crónico.  Una buena idea es realizar dietas hipocalóricas, baja en carbohidratos y grasas, en especial grasas «trans», que incluya vitaminas C y E, y minerales antioxidantes como el omega 3.

Valor: Es necesario consumir alimentos que produzcan la menor cantidad de toxinas,  una dieta atóxica rica en jugos de frutas naturales, verduras, sin bebidas alcohólicas, «sodas», café, condimentos, picantes y productos en conservas con aditivos químicos y sodio. Se deben evitar los alimentos salados pues aumentan la retención de líquidos.

Entre los ejercicios recomendados están:

Los aeróbicos que disminuyen los depósitos grasos y queman calorías.

Los anaeróbicos como las pesas, que contribuyen con el crecimiento del músculo el cual desplaza el exceso de tejido graso y lo disimula.

 

Dra. Jessica Correa de Rodríguez

Dermatología y Cirugía de Piel

Centro Médico Chitré

996-2340 ó 6672-3401